Réplica a la carta 'La inmigración hizo próspera a Catalunya'

Dícese que la tarea del francotirador no es la de sumar más bajas al enemigo, sino la de sembrar el caos, el miedo y la inseguridad, dada su invisibilidad, tanto al contrario como a su población civil.

Hago esta introducción en relación a la última misiva del señor Avila, sobre la inmigración a Catalunya. Señor Avila, defienda su postura política, claro que sí, pero no lo haga torticeramente, y, sobre todo, infórmese bien de las cosas y sus conceptos.

Ya se me publicó una carta en la que indicaba que los inmigrantes venidos a Catalunya, también fueron bienvenidos, exaltados aparte. Es evidente que la mano de obra, de donde sea, aporta riqueza allí donde trabaja.

También lo es, no obstante, que de quedarse en su tierra, el futuro hubiera sido muy negro, lo que establece un equilibrio que usted omite. A los catalanes no nos pesa todo ello; sí nos pesa que no exista una mínima empatía con esa realidad.

Vayamos a las inexactitudes, en la desconexión del condado de Barcelona con el rey francés, que a la sazón y como símbolo tenían ya la Flor de Lis beauté fleur. Los catalanes que querían seguir bajo el rey galo, fueron llamados por los que no "botiflers", aberración de la palabra francesa que he indicado. Así pues, no se ajusta a la realidad el uso que usted hace de esa palabra.

En cuanto a la economía en relación al Procés no sé que lee usted, pero le señalo que esta pasada semana, según pude leer en este rotativo, el PIB catalán había crecido cuatro décimas más que el promedio en España y un punto porcentual a la media de la UE.

Permítame recordarle, señor Avila, el cuento de Pedro y el lobo.