"Recomiendo a los contrarios al tranvía que suban y lo utilicen"

Quisiera dirigir esta carta a aquellas personas que son contrarias al retorno del tranvía y su proyecto en sí, del que una fase ya está en marcha. No voy a entrar en polémicas si esas personas quieren seguir en sus trece, que sigan, pero me veo en la obligación de aclarar ciertos puntos.

La idea del tranvía vino del exalcalde Joan Clos, que propuso un transporte ligero, no metro, para Barcelona, y la opción más lógica era el tranvía, y fruto de ello se hicieron 600 metros en la Diagonal a modo de prueba. Se trajeron dos modelos de tranvía prestado: uno de Grenoble, en Francia, y un Siemens Combino, ambos en circulación, para que los ciudadanos los pudieran probar. Y así hice yo, pagando 25 pesetas de precio simbólico.

Cuando llego Hereu había dos cosas claras: un tranvía en funcionamiento, el TramBaix, y otro que iniciaría él: el Trambesòs. El único parón fue el del alcalde Trías, que no quiso saber nada más y reformó una parte de la Diagonal.

Hereu hizo un referéndum no vinculante con varias propuestas: un Boulevard, una avenida tipo París, y con tranvía, y luego él añadió una opción más: no hacer nada, pero esa participación ni si quiera llegó al 50%, fue de un 32%. Por supuesto, yo voté.

Ahora, la gente contraria al tranvía se acoge a ese referendo, que el ayuntamiento pasó de la ciudadanía, lo cual no es cierto, porque la gente no participó en la consulta y se lo tomó a broma. Solo el impulso de Ada Colau con este asunto ha acabado donde debió acabar hace ocho años. Ese retraso nos ha dejado en ridículo ante otras ciudades, y creo que ya es hora de dejar de hacer el tonto y hacer las cosas bien, los contrarios seguirán en sus trece, pero les recomiendo que suban y lo usen, si es que se atreven a hacerlo.