Quiero ser policía

Quiero ser policía. Podría ser la frase que escuchamos salir de la boca de un niño ante el profesor de primaria o ante sus padres en una tierna edad. Pero ahora ese "quiero ser policía" lo dice un Mosso d’Esquadra para más señas con varios trienios en su haber.

La pregunta está en el aire y se masca la incertidumbre en el ambiente laboral, en las reuniones de amigos y  los domingos en casa de los suegros: ¿Cumpliré la ley? Esa es la pregunta que todos me hacen y a la que siempre doy la misma respuesta: "Claro que la cumpliré. Siempre lo he hecho. Es mi deber y me pagan para ello". Entonces me preguntan: "¿Vas a desobedecer a Madrid? ¿Vas a desobedecer a los Catalanes?" O exclaman: ¡Si tú eres Mosso d’Esquadra! ¡Te paga la Generalitat!" Y yo respondo: "Yo antes que nada soy persona y, por último, policía".

Cada día me levanto con un nuevo titular en este juego de tronos del panorama político actual: dimisiones y relevos en cargos sensibles están a la orden del día. ¿Que si me afectan? Crean incertidumbre en unos pocos compañeros, pero en mí no. Lamento que me cambien al 'entrenador' tan a menudo, hay que volver a hacer una ardua tarea pedagógica para que entiendan la especificidad de la función policial y entiendan que no pueden maltratar al guardián que vigila de su casa.

Después del 1-O seguirá habiendo hurtos, robos, violencia doméstica y accidentes de tráfico a los que acudir. Seguiré rigiéndome por las leyes por las cuales soy policía. Los jueces son jueces y los políticos son políticos. Si tuviera que decidir, lo tengo claro: me quedo con las leyes que mis padres y desde mi mayoría de edad y ya en democracia, hayamos votado.

Hay un elenco de juristas en cada bando y no se ponen de acuerdo, todos miran con recelo para sus amos. Una vez leí que las decisiones difíciles son privilegio del rango, así que la decisión la tienen que tomar los políticos, porque ni el tiempo del dialogo se acaba el 1-O ni las urnas dejarán de ser el mejor instrumento democrático para ello. Recuerden que surgirá una nueva oportunidad –como mínimo- cada cuatro años, y seguirá habiendo policía.

Siento que muchos independentistas se quedarán desilusionados al saber que la Policía de la Generalitat-Mossos d’Esquadra no van a defender con sus armas -y por qué no decirlo, también su patrimonio- la estelada cual bandera marroquí en islote de Perejil. Sus Mossos son policías, ponen multas y hacen cumplir la ley.

Déjenme señores políticos hacer lo que yo también decía de niño ante el profesor de primaria o ante mis padres: Quiero ser Policía.