¿Que por qué gana Trump?

9 de noviembre, 7 de la mañana. Suena el despertador y caigo en la cuenta: a esta hora ya se sabe quién ha ganado las elecciones en EEUU. Chequeo noticias. Ah, pues sí, el pálpito era cierto, maldita intuición: ha ganado Trump. Cinco minutos de miedo, y al cabo de estos, me da la risa floja, risa que dos dias después tengo instalada a modo de mueca tontuna que se presta a hilaridad mientras escucho tertulias, noticiarios o hago lectura de tuits. Análisis y análisis, neoliberalismo (bla, bla, bla...), globalización (bla, bla, bla...), populismo (bla bla, bla...), proteccionismo (bla, bla, bla), inmigración...

¿Que por qué gana Trump? ¿Que por qué gana el 'brexit'? Tantos interrogantes para llenar ríos de tertulias de bar o de eruditos de la comunicación. Trump gana por lo que me dio por llamar 'la invasión choni', esta vida en formato 'flash', formato anuncio, fotmato tuit, en la que prevalece el consumo como motor de todas las vidas, en las que solo el dinero gobierna, solo el interés egoísta, y en la que la tecnología tiene alienados los espacios bajo nuestras meninges de manera que no queda dónde ubicar la meditación, el sentido común, el altruismo, el bien comunitario o el respeto al entorno.

Los seres humanos no comprenden que el bienestar se cultiva en nuestro interior mediante la simplificación de nuestras vidas en el mantenimiento de una pequeña cantidad de valores a desarrollar y necesidades a cubrir. Y así, cualquier iluminado que nos prometa con gracia que podemos instalarnos en nuestro pequeño paraíso egoísta o aspirar a uno como el que vemos en los medios audiovisuales, podrá hacerse con nuestros avales.

En vez de mirar tanto nuestros ombligos, empecemos a simplificar y desinflemos esta burbuja antes de que nos explote.