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"Las publicaciones son también un termómetro de la democracia"
Lectores eligiendo libros en una librería de Barcelona / Ricard Cugat
Santiago Ortiz Lerín
El pasado mes se cumplieron 44 años de la recuperación de la democracia en España por las elecciones del 15 de junio de 1977, que no se celebraban desde hacía 41 años. Unos elementos cotidianos para muchas personas con los que poder aproximarnos al ambiente de la dictadura son los libros, libros que hoy a nadie sorprende encontrar en una librería, pero muchos de los cuales entonces estaban prohibidos, o directamente libros que no se habrían publicado jamás porque tratan sobre personas y temas que eran tabúes. Uno de los más célebres, con el que me tropecé hace unos años, fue el del hispanista Gerald Brenan 'El laberinto español', que trata el contexto que da origen a la guerra civil, y en cuyas páginas interiores se podía leer que estaba editado en 1960 en Buenos Aires; es decir, en España estaba prohibido.
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¿Nos podríamos imaginar la libre circulación en aquella época de la edición que hace unos años publicó la editorial barcelonesa Libros del Asteroide 'Viaje a la aldea del crimen' de Ramón J. Sender, donde se cuenta el levantamiento de jornaleros andaluces de la provincia de Cádiz ante una situación de sometimiento que podría guardar similitudes con la población rural de la Rusia zarista? ¿Podríamos imaginar que se hubiese publicado en la dictadura la edición de la editorial DeBolsillo en 2016 del libro de Ian Gibson 'Lorca-Dalí. El amor que no pudo ser'?
Las publicaciones son también un termómetro de la democracia. En 2013, la editorial sevillana Renacimiento publicó el libro del periodista azañista Manuel Chaves Nogales 'A sangre y fuego', donde mediante relatos trata de contar sucesos en ambos bandos durante la guerra civil. Chaves Nogales, que llegó a entrevistar a Francesc Maciá y Lluís Companys, y que la editorial también andaluza Almuzara publicó en 2013 con el título '¿Qué pasa en Cataluña?', murió exiliado en Londres en 1944.
En las dictaduras hay libros que se prohíben o se queman, aunque ahora sea natural encontrarlos en las librerías.
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