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Presión al que piensa distinto

Unos mossos, de patrulla.

Unos mossos, de patrulla. / JOAN PUIG

Hace ya más de cuatro años que algunos Mossos d’Esquadra vimos las orejas al lobo en nuestros puestos de trabajo. 

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Los mossos ante el 1-O

Lee las cartas enviadas por algunos agenes de la policía autonómica

Nadie hablaba del asunto en cuestión. El hermetismo inundaba mi unidad desde que empezaron a llegar algunas informaciones del papel de nuestra organización en el mal llamado 'procés'. El jefe no decía esta boca es mía, y cuando desde dentro alguien planteabasus dudas al respecto, nunca existían respuestas, se “feien volar coloms” que provocaban más dudas y muy razonables sobre un tema que apuntaba a ser el iceberg de un fenómeno de pura y dura rebeldía contra el Estado de Derecho y las propias leyes. Dicho en otras palabras, la neutralidad política y la imparcialidad empezaban a desaparecer de la mente de algunos compañeros y compañeras.

Entonces empezaron a señalar, a chivarse unos de otros: “aquest és un unionista espanyol”, “un fatxa”, “treballa pel CNI”,… Un montón de mierda sobre aquel que no compartiera su ideología, mientras los otros miraban hacia otro lado.

Y el tiempo, ese no falla, empieza a poner las cosas en su lugar. Todo se va a saber. Un adoctrinamiento encubierto en las filas de la misma tropa, de aquellos policías autonómicos que se han dejado engañar y se han olvidado de aquello que estudiaron y juraron en su día.

La Ley 10/1994, establece que “los miembros del Cuerpo de Mossos d’Esquadra cumplirán y harán cumplir en todo momento la Constitución, el Estatuto de autonomía y la legislación vigente”. No dice que tengamos que participar de un circo y un engaño que va a provocar la mayor frustración conocida en eso que llaman nacionalismo catalán.

Y voy a decir algo más. Los Mossos d’Esquadra no participarán de un golpe de Estado. La normativa, aunque determinados políticos quieren ignorarla, dice: “en ningún caso, sin embargo, la obediencia debida podrá amparar órdenes que entrañen la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito o sean contrarios a la Constitución o a las leyes”. Además, debemos de colaborar siempre con la Administración de Justicia y la auxiliarla en los términos establecidos en la ley. Lo contrario, es ser responsables personal y directamente por los actos que lleven a cabo en su actuación profesional infringiendo o vulnerando las normas legales. Lo mismo que en una república bananera.

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