"El precio de las vacunas y la necesidad"

Una enfermera vacuna a un hombre en Haití, el país acaba de recibir el primer lote de dosis anticovid. / Orlando Barría / Efe

El 9 de noviembre de 2020, en plena pandemia mundial de covid-19, se logró un hito histórico: la capitalización bursátil mundial rebasó los 100 billones de dólares (PIB español, 1,5 billones). La crisis sistémica no es de escasez, sino de sobreproducción especulativa. Los problemas no son el material sanitario o la vacuna, sino el precio a pagar. Acabamos de conocer, en agosto de 2021, algunos de los precios que ha pagado un gigante económico como es la UE, que ha negociado desde una posición de relativa fuerza: Pfizer, 600 millones de dosis a 19,5 euros; Moderna, 460 millones de dosis a 25,5 euros. Es inhumano suponer el precio de estas vacunas en países menos desarrollados. La propuesta de India y Sudáfrica para liberar patentes de la vacuna se aprobará en la Organización Mundial del Comercio si hay consenso de los 164 países. Allí se ha acordado que la propuesta no caduque, por lo que las discusiones pueden alargarse hasta que acabe la pandemia y deje de existir la necesidad.

Las alternativas a la crisis sanitaria vuelven a ser las dos mismas de siempre: el Estado nacional o regional (UE) reparte la riqueza acumulada (investigación científica y patentes) mediante la prestación de servicios (sanidad pública universal) que racionalicen la producción y limiten el dispendio o, renunciando a la razón, se deja el material en los almacenes especulativos, embarullando el mercado trasnacional para crear una escasez artificial que suba los precios, y que la salud llegue solo a quien la pueda pagar.