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El posible pucherazo electoral, el último engaño

Junqueras, dirigiéndose a declarar ante la Audiencia Nacional, el pasado 2 de noviembre.

Junqueras, dirigiéndose a declarar ante la Audiencia Nacional, el pasado 2 de noviembre. / AFP / GABRIEL BOUYS

Tuve la suerte de participar como vocal en las pasadas elecciones de septiembre de 2015. Me siento afortunado porque pude comprobar en primera persona la seriedad y las garantías que hay detrás de un proceso electoral legal. Aquella ocasión me sirvió para concienciarme de la importancia que tienen las formas y los procedimientos en nuestra democracia. Desde la composición del censo, la disposición de las mesas y material electoral, el control de los votos, el recuento, hasta la elaboración y entrega de las actas, el proceso electoral reúne tal cantidad de garantías, que es del todo punto imposible intervenir externamente para transformar los resultados.

Debo indicar que en el momento mismo del recuento los interventores de cada partido llevan a cabo el suyo de forma paralela a la mesa. En mi caso particular, se hicieron siete recuentos en paralelo: el de la mesa, más el de cada uno de los interventores. El simple hecho de que haya un voto de diferencia en los recuentos implica volver a empezar. Es lo que pasó en la mesa electoral adyacente a la nuestra. Nosotros pudimos cerrar todo el procedimiento a las 22.00 horas, pero ellos tuvieron que quedarse prácticamente hasta la medianoche por una diferencia en un voto sobre casi un millar. En cada mesa electoral se realiza el mismo procedimiento y se dan copias de los resultados a cada uno de los interventores, amén de las copias físicas que se envían a la Junta Electoral. Digámoslo claramente: la posibilidad de fraude es cero. No hay ninguna posibilidad.

Esto es algo tan evidente para cualquiera que haya participado en una mesa electoral que resulta inconcebible que un partido político, que ha participado activamente en decenas de votaciones como esta, levante siquiera sospechas de “pucherazo”. ERC y su líder Oriol Junqueras simplemente mienten. Tenemos que decirlo alto y claro. Están mintiendo conscientemente a todos los electores y a Europa, levantando sospechas totalmente infundadas sobre nuestra democracia. Y una mentira consciente es tan solo un engaño. Un engaño más, quizá, tan solo el último. Pero, ¿por qué lo hacen, porque llegar a este nivel de manipulación y estafa política tan burdo y descarado? Se preparan quizá para una derrota o para continuar haciendo gala del victimismo sin fin que parece ser su único recurso electoral. No más mentiras. No más engaños. 

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