Por qué el juicio al 'procés' es el juicio a los españoles

El juicio a los acusados del 'procés' es un juicio político. No es necesario reconocerlo por sus detalles. Quedará demostrado cuando acabe, pues su veredicto no se dará en la sala, sino en las calles.

Deberían tenerlo en cuenta quienes promovieron su causa, la del juicio, al encarcelar a los representantes de los ciudadanos que los nombraron con la petición de que obraran como hicieron.

Cuando sentencien a los valedores de sus aspiraciones, sean estas constitucionales o no, de igual forma sentenciaran su voto en sentido dialogante y de unión, pues su palabra devengará en prohibida.

Cabe recordar que son más de dos millones de votos los que hay  detrás de los acusados, todos en una lista y por orden alfabético con sendos números de identidad como prueba a la asistencia y participación en un acto designado como ilegal por el Tribunal Constitucional.

Desdeñar esta cifra por no ser capaces de alcanzar a entender su mensaje en sentido político es, cuanto menos, ridículo, e implica irresponsabilidad constitucional, pues ésta nos pide en su preámbulo:

De las irresponsabilidades derivadas de algunos políticos hoy sentados en el banquillo y algunos en el exilio, por vulnerar las reglas del juego democrático al actuar según les dictó la consciencia en consonancia a sus mandatos y amparados en derechos humanos, según las defensas esgrimen, nada tienen que ver sus adeptos y mucho menos el pueblo que gobernaban mientras se dieron los actos que hoy se juzgan.

Así mismo y en otra parte paralela al juicio, quedan en su tela los acusados por los actos de irresponsabilidad política, al actuar en aquellas fechas con muy poco o nada de rigor diplomático, al no impedir de forma responsable utilizando las herramientas de que dispone todo gobierno democrático los actos que hoy se juzgan por rebelión, referéndum ilegal y redacción simbólica de la DUI, e imprimiendo en su lugar un castigo innecesario en modo de violencia al pueblo que hoy se prepara a ser juzgado.

No deberían olvidar aquellos que defienden lo injustificable, que España es de todos los españoles; y tampoco que mi casa es mi casa hasta que la muerte me la arrebate.

El juicio al 'procés' es el juicio a los españoles, a todos ellos, pues de su veredicto devengará si es o no un estado de derecho y democrático acorde a los derechos humanos fundamentales.