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"Miles de pericos nos sentimos traicionados con la marcha de Joan García"

Joan Garcia, el portero del Espanyol, en el RCDE Stadium.

Joan Garcia, el portero del Espanyol, en el RCDE Stadium. / Afp

Felipe Guevara

Uno de los valores que más deberían guiarnos a lo largo de la vida es el agradecimiento. Y, junto a él, el respeto. Agradecimiento hacia quien nos ayudó en los peores momentos, hacia quien nos acompañó en nuestros primeros pasos, en cualquier etapa importante de nuestra vida. Crecer desde abajo, con unos valores, con un sentimiento y con un supuesto 'amor' no puede venirse abajo de un día para otro.

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Vivimos en una época en la que la traición y el olvido son el pan de cada día. Ayer leía un tuit que ponía un ejemplo claro: en una relación de pareja puede acabarse el amor, sí, pero lo que no es ético es que, al terminar, te vayas con alguien que se reía, insultaba y despreciaba constantemente a quien fue tu pareja. Eso no es solo desagradecimiento, es falta de respeto.

Eso es justo lo que sentimos estos días centenares sí, somos centenares y miles, aunque esto moleste) de pericos con el caso de Joan García. Un chaval que vino desde abajo, desde la 21, desde la Dani Jarque. Que estuvo con nosotros en lo bueno y en lo malo, y que se convirtió en ídolo de muchos niños que llevan con orgullo y mucha admiración su camiseta azul con el número 1 a la espalda y el escudo del RCD Espanyol en el pecho.

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¿Cómo les explicamos ahora a esos niños que su ídolo ha fichado por el rival? ¿Cómo les hacemos entender que, a partir de ahora, llevar su camiseta será motivo de burla en el patio del colegio? Seguramente, jamás conozcamos la realidad de este giro en tan pocos días. Del pasar de nunca al puede ser. Pero menos mal que siempre quedará el escudo. Siempre. Porque al final, los nombres pasan, pero el sentimiento permanece. Es lo que tienen 125 años luchando y remando contracorriente.

Este es un momento duro para muchos pericos, pero no es el primero, y sabemos que tampoco será el último. Porque el escudo pesa más que cualquier nombre. Porque lo más parecido a ese peso es el respeto a quien te acompañó de la mano desde pequeño. Ellos lo tienen todo. Nosotros, lo que les falta.

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