Pensiones: Un derecho que hay que defender

Algunos, dicen defender la legalidad y la Constitución, pero sistemáticamente se saltan algunos puntos de esta. Es el caso de las pensiones: Según la Constitución (Artículo 50, CE), "Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos de la tercera edad (...)". Aquí nos encontramos con varias dudas por las gestiones del Gobierno (y los apoyos de algunos partidos políticos como Ciudadanos) en materia de pensiones:

La primera hace referencia a la necesidad de unas pensiones adecuadas y que garanticen la suficiencia económica. ¿Alguien piensa que con una pensión de 700 euros al mes (en Catalunya, esto supone la mitad de los pensionistas), una persona puede ser económicamente suficientes? Porque es la realidad de muchos pensionistas, una pensión que con mucho esfuerzo, sudor y lágrimas, logran gestionar (no siempre) para llegar a final de mes. Una situación a la que se le suman las cargas familiares, pues durante la crisis, muchos pensionistas han tenido que dilatar aún más su pensión para ayudar a familiares a pasar el mes.

La segunda es sobre la actualización periódica. Después de congelar las pensiones en el 2010, aplican una subida del 0,25%. A efectos prácticos esto significa una subida de 1 euros mensual. Mientras el IPC (Índice de Precios al Consumo) ha subido un 7,7%, las pensiones medias han subido apenas un 3%.

Por último, las escalofriantes declaraciones del Gobierno, abriendo paso a la opción de los planes de pensiones privadas dejan mucho que desear de un supuesto Estado social, además de ir en contra de esa "garantía de la suficiencia económica" a la que hace referencia la Constitución. Ya no solo por un tema constitucional, sino porque sorprende, además, que el Gobierno del partido, que presuntamente lleva saqueando durante años las instituciones en España y ha rescatado al sistema bancario con dinero público, ahora hable de la insostenibilidad del sistema de pensiones.

Las pensiones tienen un pasado, el de las luchas en la calle por un futuro digno para los trabajadores y trabajadoras de este país; tienen un presente, que es el de la lucha por mantenerlo, y también un futuro, un futuro muy negro, dada la precariedad a la que los jóvenes estamos sometidos, y es que con sueldos de 600 euros (que no garantizan ni de largo un proyecto independiente de vida), la pensión que nos puede quedar después roza el ridículo (si es que llegamos a saber lo que es una pensión). Por eso es tan importante que los jóvenes también salgamos a la calle contra la precariedad y por unas pensiones dignas, porque la lucha de hoy son los derechos del mañana. Porque los derechos no los garantiza una constitución o una norma, sino la gente organizada en la calle.