"Miremos más por Barcelona y menos por nosotros"

Podemos estar de acuerdo en que a nadie le gusta ir a trabajar en transporte público y, mucho menos, tener que compartir vehículo con una persona que apenas conoces a las ocho de la mañana. Desgraciadamente, la ciudad de Barcelona nos lo está pidiendo a gritos. Los niveles de contaminantes de la ciudad superan desde hace dos décadas los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y todo esto ha sido causado mayoritariamente por el tráfico de vehículos privados.

Como es un problema que a simple vista no se aprecia, los ciudadanos hacemos caso omiso a las advertencias y a las restricciones, es por eso por lo que, desde la aplicación de la Zona de Bajas Emisiones se han impuesto 70.000 multas, de las cuales 4.500 de ellas se han efectuado el pasado diciembre de 2021.

También, aunque parezca mentira, se han experimentado muchas muertes. Se calcula que desde el año 2010 ha habido un total de 3.749 personas que han muerto en Barcelona a causa de la exposición continuada a las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5) en unos niveles superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud, en 2018, este problema provocó 351 muertes prematuras.

Si queremos volver a tener nuestra Barcelona de siempre, hemos de empezar a mirar más por ella, y menos por nosotros.