Paren el mundo, que me bajo

Deberíamos cambiar el mundo desde abajo y así hacerlo grande. Nos queda mucho que aprender, mucho que reflexionar y, sobre todo, mucho que cambiar. Nos queda por cambiar toda una generación de valores que no han obtenido buenos frutos. O que no hemos sabido sacarles su jugo. Nos queda por cambiar todo el egoísmo, el maltrato y el racismo.

Convivimos en una sociedad en la que la dignidad se nos cae a pedazos y todavía nos preguntamos por dónde empezar. Es triste, pero es lo que nos toca vivir. Un mundo sin igualdad, aunque se nos haga ver lo contrario. Unos medios de comunicación que nos alejan de lo verdaderamente importante. Y por más que la vida pasa, no son capaces de contestar nuestras preguntas, nuestras inquietudes. Con un gobierno sin objetivo, ya que el único objetivo debería ser la ciudadanía. ¿Y alguien se siente parte de él? 

Una sociedad en la que el maltratado se ríe de las leyes y son las familias y la propia víctima quienes lo sufren. Una cultura que no promueve valores como la tolerancia o el respeto. O que estos son pisoteados y parece que nadie hace nada. Estoy totalmente segura de que hoy se usa más la palabra 'bullying' que la palabra 'amor'. Y no hay derecho. 

La idea de pensar que esto no va a cambiar nunca, me aterra. Pero estoy segura de que no yo, sino muchos, seguiremos luchando. Porque esta es nuestra vida y nosotros mandamos en ella.