Menos pantallas y más cafés

Un bar situado en un barrio humilde de Barcelona, tres cafés, dos políticos candidatos a la presidencia y un periodista. Y qué mal tiene que estar nuestra política y nuestra sociedad para que esto choque y parezca raro. Lo cierto es que el 'Salvados' del pasado domingo fue un claro reflejo de lo que España necesita. Y es que Iglesias y Rivera te pueden gustar más o menos, te pueden convencer o no, pero ayer actuaron como auténticos políticos y no como aquellos actores que hablan a través de una cámara sin dar opción a una posible respuesta, a un posible 'zasca' de otro rival electoral que pueda hacer pensar a esos millones y millones de españoles que siguen votando a unos o a otros sin saber realmente el motivo. 

Conversar, discutir, responderse y dejar hablar. Uno con esa inconcreción que sigue haciendo dudar a personas que cara a las europeas de 2014 sí lo tenían claro. El otro sin lograr hacer olvidar del todo el pasado de su partido, un pasado que aún pesa y que relentiza esa explosión que han tenido en los últimos meses y que ya se vio en el 27-S. Cada uno con sus ideas y sus propuestas cara a una posible futura presidencia que, oigan, no sé que creen ústedes pero que para mí se les acerca un poco más después del espectáculo de ayer. 

No entremos en debates absurdos sobre quién ganó, quién perdió o quién convenció más. Es obvio que las respuestas a estas preguntas serán diferentes si hablamos del programa del domingo con un immigrante recién llegado o con un empresario. Centrémonos en admirar lo que los líderes de dos partidos de imagen joven y renovada hicieron para desvincularse de un modelo de político que cada vez atrae menos. Menos declaraciones a través de pantallas en ruedas de prensa y más conversaciones con periodistas de verdad, como Jordi.