"A mi padre, funcionario jubilado, no le vacunan porque Muface se ha olvidado de avisar a su CAP"

La vacuna enfoca a los septuagenarios, el grupo de edad menos inmunizado

A mi padre, de 75 años y enfermo crónico de EPOC, no lo pueden vacunar porque Muface se ha olvidado de dar la orden al Servei Català de la Salut; en este caso, al CAP de su pueblo. En el CAP le dicen que no pueden vacunarlo porque Muface no les ha notificado nada. Es una situación kafkiana la de mi padre, que ve que a sus compañeros los vacunan y a él, no. Mi padre ha servido al país como profesor de secundaria (BUP, COU, ESO, Bachillerato, formación del profesorado) con una larga trayectoria dentro de su mundo. Servir al país como funcionario es ser maestro, sanitario, peón de ayuntamiento, policía... no solo pertenecer al ejército. Recuerdo, en plenas vacas gordas, antes de la gran crisis, que mi madre contaba que exalumnos suyos, a quienes casi se les había regalado la ESO, conducían grandes coches y se iban de vacaciones a Cancún, cuando una servidora pública como ella no podía permitírselo. Ya se sabe que cuando decides ser funcionario aceptas condiciones como la del sueldo, que no distingue entre buenas y malas épocas.

En fin, sin más dilaciones, esto va por mi padre que, como es de Muface, no tiene derecho a ser vacunado como las demás personas de su edad. En su centro médico (CAP) le dicen que no existe, que Muface no les ha notificado nada. No estoy pidiendo que los servidores públicos pasen por delante de nadie --¡no, por favor!--, sino que, como mínimo, se les trate igual que al resto de los mortales.