"Padecemos de un déficit de atención generalizado"

Desde muy pequeños se nos dice que si queremos ser 'alguien' en la vida tenemos que estudiar mucho y prepararnos a conciencia, porque la competencia es cada día más dura, y para destacar y tener oportunidades hay que disponer de un buen currículum lleno de grados, de posgrados, y de idiomas. Solo así tendremos opciones de transitar con posibilidades de éxito en el entramado laboral.

En la escuela se nos enseñan todo tipo de materias, pero no aprendemos a escuchar de verdad. Aunque parezca que estamos escuchando lo que realmente hacemos es oír, percibir sonidos sin prestarles demasiada atención. Y no solo en la escuela, sino en todos los órdenes de la vida,.

Nos pasa muy a menudo que hablamos con alguien pero no le escuchamos. Oímos al otro como el que oye llover, sin interesarnos lo más mínimo por lo que nos pueda contar, una enseñanza de la que carecemos por falta de práctica de una asignatura que debería ser obligatoria, como lo son la lengua o las matemáticas, porque por muy brillantes que sean nuestros resultados académicos, tendremos siempre un déficit en atención si no sabemos atender a lo que se nos dice y solo nos importa nuestro discurso.