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"El pacto nacional por el agua, siempre en dique seco"

El pantano de Sau, con gran parte del pueblo al descubierto, por la sequía

El pantano de Sau, con gran parte del pueblo al descubierto, por la sequía / FERRAN NADEU

En un alarde de modernidad, los sucesivos gobiernos, en España, han asumido la necesaria e ineludible tarea de armonizar el interés público o general con los intereses privados: allá donde sea posible la competencia ha de promoverse, para garantizar la libre elección del ciudadano; a cambio el servicio público asistirá la subsistencia de los que no puedan comprarla en el mercado libre.

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España, desde 1978, ha sido una carrera de codiciosos por saber cuál es el próximo servicio público que se privatizará, y ocupar una posición de ventaja para apropiárselo por un módico precio (SEPI, vivienda, enseñanza, sanidad, seguridad, servicios sociales, cajas de ahorro, AENA...), y ahora toca el agua.

Sin haber dirimido las responsabilidades penales en Acuamed, dadas la dudosas inversiones internacionales del Canal YII, liquidada Agbar, obviando la corrupción alrededor de las desalinizadoras, instalados en la pertinaz sequía… cada Ministro o Ministra de turno propone como objetivo inmediato un pacto nacional por el agua, que se queda siempre en dique seco.

El agua es una necesidad básica, habría que aplicarle un tratamiento económico no acumulativo sino de reparto. Y a partir de ahí retomar otras tareas públicas contra la desigualdad.

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