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"Odisea con final feliz: mi hija estuvo perdida en el mar cinco horas y media"

Donostiarras y visitantes disfrutan del atardecer en la playa de la Zurriola de San Sebastián, después de una jornada de intenso calor.

Donostiarras y visitantes disfrutan del atardecer en la playa de la Zurriola de San Sebastián, después de una jornada de intenso calor. / EFE / JUAN HERRERO

Rafa Zamora Sancho

El sábado 6 de agosto se me va a quedar grabado a fuego por lo que me queda de vida (junto con la bomba en Hiroshima). Haré un resumen: a las 19.00 horas, mi hija decide ir sola a la playa de la Zurriola de Donostia para darse un baño. Poco antes de las 22.00 horas me llama su compañero, preocupado: ha encontrado la toalla, su ropa y las chancletas junto a la orilla (ya llevaba más de una hora buscándola por la playa). La cosa pintaba muy mal. Se avisa a Emergencias y se activa un dispositivo de búsqueda que incluye a la Ertzaintza, Bomberos, Cruz Roja, protección civil, SOS Deiak, Policía Municipal, servicio marítimo de la Guardia Civil, incluso un helicóptero Helimer de Salvamento Marítimo que venía desde Santander.

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Pasan las horas y nos vamos preparando para lo peor. Pero sobre las 00.30 horas de la madrugada recibimos la insólita noticia de que el helicóptero Helimer la ha encontrado en el agua con vida camino del Mompás. La rescatan, y como no les queda mucho combustible deciden llevársela al hospital universitario Marqués de Valdecilla de Santander, donde el helicóptero tiene su base. Total: voy a Santander, le dan el alta y la traigo de vuelta a casa.

Ella me cuenta que entró al agua por la zona central y acabó mar adentro acercándose peligrosamente a las rocas de Sagües. Como había oleaje, lo mejor era apartarse de las rocas (un mal golpe y…), por lo que mantuvo la calma simplemente flotando. Como la orilla estaba muy lejos, decidió ir más mar adentro a pedir socorro a un pequeño barco que estaba cerca. No sé si la vio o no, el caso es que el barco se fue. Entonces decidió esperar, no ponerse nerviosa, no nadar crol ni cosas parecidas, sino de espaldas y haciendo la plancha. Así estuvo cinco horas y media. ¿Milagroso? No es David Meca, pero contaba a su favor que era agosto y el agua estaba a 24º.

Muchas gracias a todos los que os habéis preocupado y colaborado en resolver esta situación.

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