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Nuevos modelos pedagógicos: Implicación para su éxito

Vuelta al cole en la Escuela Bogatell

Vuelta al cole en la Escuela Bogatell / RICARD CUGAT

Joaquim Montoliu Martínez

Con el inicio del curso escolar se ha avivado el debate sobre los modelos pedagógicos que se aplican en las escuelas. Hace unos meses, Albert Sáez se refería a ellos en la columna 'Algo (bueno) pasa en la escuela', donde citaba a Eduard Vallory, responsable del proyecto Escola Nova 21, que en una reciente entrevista decía que "intentan generar un cambio de paradigma, pasar de la escuela centrada en transmitir conocimientos, a una escuela centrada en un aprendizaje que sea útil para el día a día". Asignaturas, exámenes, trabajo memorístico y deberes son algunos de los aspectos que se ponen en la picota. En el mismo contexto, Antoni Burgaya, impulsor del proyecto Summem de la Escola Pia, apostaba hace unos días "por el aprendizaje interdisciplinario, inclusivo, por competencias y cooperativo".

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En el conjunto del sistema educativo coexisten múltiples modelos pedagógicos. Cada uno con defensores, detractores, propagandistas y simples usuarios. Un buen diseño de los mismos debería contar para su aplicación con flexibilidad para adaptarse a las características específicas de cada centro 'alumnado, entorno social y cultural'-; dinamismo para corregir los desajustes e ineficiencias que se produzcan; apertura para incorporar innovaciones que lo mejoren; y efectividad en el cumplimiento de los objetivos. Además, su éxito depende en gran medida de la implicación del conjunto la comunidad educativa: propiedad, dirección, empleados -profesores y no docentes- y familias.

Los nuevos proyectos ilusionan y actúan como revulsivo; sin embargo, cuando van acompañados de grandes transformaciones denotan que durante un largo periodo ha primado la inercia o una visión cortoplacista. "Renovarse o morir", dice el refrán. Las exigencias de la vida diaria requieren de cualquier organización una actitud constante y proactiva de mejora para estar en vanguardia y evitar tener que aplicar medidas drásticas para subsistir o cumplir con su cometido.

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