"A nuestros meteorólogos no les interesa que se disipe la niebla sobre Catalunya"

Ciertos partes meteorológicos auguran que se producirá un tsunami en Catalunya como respuesta no ya solo a la sentencia del Ttribunal Supremo que en breve llegará, sino a cualquier otro de los vendavales represivos del Estado. Podría ser un paro de país, que suena bien si no fuese porque algunos díscolos opinan que este país lleva ya parado unos cuantos años. 

Pero es que además una huelga convencional, en la cual los patronos descontarían de los sueldos y no mejoraría ni un ápice la relación entre las instituciones catalanas y las del Estado, no sería más que llover sobre mojado. Un pronóstico que a nuestros hombres del tiempo no les interesa. Es más rentable para ellos este otro: "Sigue la interminable granizada de la opresión y la represión de los políticos de Madrid, que impide que el pueblo de Catalunya tenga libertad y justicia". 

Habría una manera muy sencilla de saber si nuestros hombres del tiempo nos engañan o no. Se trata de otro tipo de huelga, una huelga de celo. Consiste en que los trabajadores se movilicen para que se cumpla simple y estrictamente la normativa laboral. Por ejemplo, que las empresas paguen las horas extras trabajadas, el salario mínimo interprofesional y dejen de coaccionar para que acepten seguir como autónomos a los que por su cometido tienen derecho a estar fijos en plantilla. 

Decenas de miles de trabajadores catalanes se quedarían automáticamente en el paro, dialogando entre ellos mientras hacen cola en las oficinas del INEM sobre qué se ha de entender por libertad y justicia. La conclusión sería que a nuestros meteorólogos no solo no les interesa que se disipe la niebla que se cierne sobre Catalunya, sino que están haciendo todo lo posible para que se vuelva eterna.