Nuestra adicción al móvil

Nos levantamos con la alarma del teléfono. Lo desbloqueamos y revisamos los mensajes de la noche anterior. Abrimos el buzón en busca de algún correo interesante.

Nos levantamos de la cama y entramos en la ducha, si somos aficionados a las mañanas musicales, entramos a YouTube o Spotify. 

Desayunamos y, de paso, utilizamos la aplicación del tiempo o escuchamos a alguna influencia que tiene algo que decir de buena mañana.

Y salimos de casa, con la música en marcha, con cuidado de no ser atropellados por querer seguir la conversación que tenemos en WhatsApp.

Y llegamos al trabajo y mientras hacemos ver que trabajamos, camuflamos el móvil analizando cuatro fotos de Instagram.

Y volvemos a casa, y nos conectamos a YouTube, Facebook, Twitter o Pinterest hasta que se nos hace tarde y nos dormimos con el móvil en la mano. Y así, vuelta a empezar.