No estigmaticemos a los jóvenes: el incivismo y la irresponsabilidad no tienen edad

Cuando todo esto que estamos viviendo ahora empezó, para los jóvenes eran fechas llenas de cargas estudiantiles. 

Llevamos días oyendo, leyendo, pensando e incluso imaginando que los causantes de todos estos rebrotes son aquellos 'chavales' a los que la Generalitat ha prohibido los botellones (algo que en teoría ya era ilegal, digo yo) pero bueno, dejemos de lado las 'maravillosas' medidas que las mentes pensantes de la Generalitat plantean y ordenan.

Cuando todo esto empezó, ninguno de nosotros sabía cómo enfrentarse a un problema que estaba única y exclusivamente en China. No tardó en llegar a nuestro país y, en medio de tanta incertidumbre y preocupación, miles de jóvenes quisieron aportar su grano de arena. Aportar quiere decir también cumplir con todas las medidas del confinamiento, quedarse en casa, cuidarse y no desesperar. Ahí entramos todos los que estuvimos en nuestras casas escuchando cada día un nuevo informe de la situación, pero me quiero referir a esos miles de jóvenes que con cientos de iniciativas solidarias han ayudado a la gente que peor lo han pasado. Desde aquellos que estando en prácticas o en su último año de carrera o ciclo sanitario se involucraron y quisieron echar una mano en hospitales y centros médicos, hasta voluntarios de Cruz Roja, asociaciones, entidades y demás iniciativas de carácter social para ayudar a nuestros vecinos y vecinas. Muchos de ellos también estaban allí en las cajas cuando íbamos a comprar al súper de la esquina de nuestra calle o cuando necesitábamos ir a la farmacia.

En definitiva, nuestros jóvenes han sido uno de los motores clave de resistencia de nuestro país y de nuestra gente en los momentos más duros. No los estigmaticemos porque se ha demostrado que el incivismo y la irresponsabilidad no tienen edad.