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"Nadie debe estar por encima de la ley"

Djokovic, riendo este martes en un descanso durante el entrenamiento en el Melbourne Park.

Djokovic, riendo este martes en un descanso durante el entrenamiento en el Melbourne Park. / SCOTT BARBOUR/REUTERS

Lo del tenista serbio Djokovic raya el esperpento y se ha convertido en un circo mediático. Estaba claro que para participar en el torneo de Australia, el requisito era estar vacunado. Podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con la vacunación. Pero, en ese país, la norma, la ley marca ese requisito y es para todos y todas. Por lo cual el empecinamiento de Djokovic de no vacunarse antes del torneo e incluso de mentir para buscar un reducto para poder entrar y así justificar su negacionismo es irracional e incluso insensato. Está claro que uno es libre de vacunarse o no. Y que la libertad debe primar sobre todo. Pero habría que recordarle a Djokovic que la libertad de uno acaba cuando comienza la del otro, y que es una figura mundial y un ejemplo.

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Nadie discute que es el número uno actualmente en el tenis ni su gran potencial tenístico, pero esto queda en un segundo plano cuando como persona actúa de esa manera absurda e irracional. Él es el único culpable del circo mediático, junto a la organización que solo pretende ganar económicamente por encima de la salud y de la ley. Por eso él no se debería haber dejado manejar y actuar sin soberbia, abandonando o no acudiendo a dicho torneo, y sobre todo no mintiendo. Puesto que nadie, sea quien sea, está por encima de la ley, estemos o no acuerdo con ella.

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