Nadal no puede ser un referente a la hora de enseñar

Lo sencillo ahora sería llenar de alabanzas lo que hace Rafa Nadal en una pista y fuera de ella. Son más de 40 años dedicado a la enseñanza del tenis y no soy nada sospechoso de no ser un admirador más de Rafa Nadal.

He escrito sobre sus hazañas por las pistas y fuera de ellas en multitud de ocasiones -con más motivo cuando algunos creían ver su carrera terminada-. Lo que aporta este hombre al deporte, y no solo al tenis, ya no tiene calificativos.

Mi ADN tenístico no me permite perder la objetividad por mi experiencia dentro de la competición juvenil y entiendo que Rafa no puede ser un referente para las escuelas de tenis. Puede parecer contradictorio, pero daño harán y harían a sus alumnos/as aquellos que utilizan a Rafa como referente para sus escuelas.

No lo puede ser y, aunque quienes somos entrenadores o amamos el tenis, nos gustaría trabajar con niños/as que pudieran tener el 1% de los genes de Rafa, no puede ser. La mayoría de las cosas que Rafa hace en una pista no se puede enseñar por muchísimos motivos, que serian muy largos de explicar.

Lo que debemos aprovechar es el empuje que genera para que los niños/as quieran jugar al tenis. Enseñar su visión de la vida con la humildad que la cuenta. Éstas son las verdaderas lecciones que debemos apuntarnos para transmitir a nuestros alumnos o hijos.

No es posible crear clones de este hombre, Rafa solo existe uno. Como un Induráin, Gasol, Márquez, Carolina Marin, Mireia Belmonte, Ona Carbonell, Arancha Sánchez, Conchita Martínez y así una lista increíble de deportistas españoles que llenan de orgullo a todo nuestro deporte español.

Las condiciones de Rafa están por encima de lo que se puede trabajar y enseñar, son especiales y la vida nos lo ha regalado para disfrutarlo.

Lo que podemos hacer las escuelas es admirar y gozar de tener a un ser humano fuera de lo común e irrepetible. Que no es poco, porque el día que no esté lo echaremos mucho de menos.