"El nacionalismo español tiene que dejar crecer también a la periferia en vez de mirarse el ombligo"

Los nacionalistas españoles vuelven a utilizar sus artimañas para ridiculizar, esta vez con la amnistía, insoportable. El nacionalismo español es tan insoportable como viejo: impide todo lo que huele a catalán, no deja que una tierra con gente e ideas prósperas destaque por encima de él. Anula cualquier forma de fórmula que pueda herir a un centralismo arcaico superándolo, impide el nacionalismo, de este modo que el puerto de Barcelona crezca, impide lo mismo con el aeropuerto, impide que el corredor Mediterráneo se haga realidad, impide que los trenes de cercanías funcionen con regularidad.

Con tal de que el centralismo mediocre no sea superado por Catalunya, se agarra a argumentos sospechosos como si esta parte del país fuera una tierra antagonista y no se da cuenta de que con su afán de protagonismo, el nacionalismo español deja de ingresar un buen dividendo; vamos, que prefiere ver asmático al sistema de estos lares con tal de que no lo superen.

Hay que tener el ego enfermizo, hay que ser egoísta para no darse cuenta de que la luz del entendimiento se le hace cada vez más opaca. Una comunidad como la española tiene que dejar crecer también a la periferia en vez de mirarse el ombligo y dictar órdenes contra el pueblo.