Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

"El nacionalismo se puede dejar"

"El nacionalismo se puede dejar"

Elisenda Pons

Decía Karl Marx, en 1844: “La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo descorazonado, el alma de una condición desalmada. Es el opio de los pueblos”. Resumía así la experiencia de muchos de sus coetáneos consumidores empedernidos de opio como adormecedor de la conciencia y la voluntad, cualidades humanas necesarias para mejorar tu vida, y la de aquellos que, sin ser idénticos a ti, son tus semejantes.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un post para publicar en la edición impresa y en la web

En una sociedad tan descreída como la actual el opio ya no se consume como remedio de nada, las grandes religiones ya no pueden crear obligaciones personales ineludibles, ni dependencias absolutas hacia las jerarquías que interpretan el libro y organizan los ritos del culto (ni siquiera en Irán). Hoy todo resulta más saneado se trata de saber utilizar los estupefacientes, solo bajo prescripción de los expertos, y ahí reaparece el nacionalismo como 'autentificador grupal'. Ya no es cuestión de creer en una revelación divina, sino que todos asuman el hecho incuestionable de la existencia de un origen histórico y una cultura propios, únicos y superiores. Y el que no lo entienda es un 'botifler'.

Este inmenso 'bluff '(baladronada, en castellano), este sinsentido, nos devuelve a los tiempos decimonónicos, los de Marx, cuando la nación era el bien irrenunciable y el imperio, su paraíso. No hay mundo para tantas singularidades. Si compartimos intereses, motivaciones y capacidades vamos a cooperar, en vez de competir, aquí no sobra nadie.

Participaciones de loslectores

Másdebates