"Las mejoras laborales a las empleadas del hogar no deberían ser a costa de los ancianos a los que cuidan"

Parece que en breve se van a otorgar más beneficios sociales (paro, necesidad de justificar el despido) a las empleadas del hogar, lo cual me parece muy bien. No obstante, cabe distinguir que, bajo el paraguas de las empleadas del hogar familiar, se agrupan dos perfiles bien distintos. Uno es el del 'servicio doméstico' de familias más o menos acomodadas; el otro, el de cuidadoras de ancianos dependientes en su hogar.

El primer perfil podría considerarse un pequeño lujo, mientras que el segundo es la necesidad que tienen unas personas dependientes de evitar el muy nefasto sistema de residencias de la tercera edad que impera actualmente. No entraré a exponer el trato a los ancianos que se brinda en muchas de estas residencias por respeto a aquellas personas a las que no les queda más remedio que utilizar estos servicios para sus mayores. Solo decir que mi experiencia fue aterradora.

El pago de los servicios de estas cuidadoras frecuentemente está vinculado al cobro de las pensiones de las personas a las que cuidan, frecuentemente complementado por sus ahorros o ayudas de familiares.

Me parece completamente desacertado que se trate al empleador de estas cuidadoras como a una empresa a efectos laborales, y que se le hagan asumir más y más cargas por el 'privilegio' de vivir y ser cuidado en su propia casa. Cuando, en realidad, lo que ocurre es que se ahorra mucho dinero al sistema de residencias públicas y concertadas a las que se tendría derecho por su grado de dependencia.

Por ello, reitero, me parece muy bien que las cuidadoras logren mejores condiciones laborales, pero ello no debiera ser a costa de los ancianos que necesitan de sus servicios, sino que a estos se les tendría que beneficiar con algún tipo de subsidio o subvención.