"Va por vosotras, mamá y Milagros. Siempre estaréis conmigo"

Una persona muy querida para mí tiene un tumor en el cerebro con muy mal pronóstico. Ella ha tomado la decisión de no operarse ni recibir tratamientos drásticos, solo quiere no sentir dolor y estar en casa rodeada de su familia. Pude hablar con ella y en lugar de consolarla yo a ella fue ella la que me transmitió la paz y la entereza con la que afronta su final. Está en paz con su vida, considera que ha vivido lo suficiente y que no está mal irse ahora. Dejará de pensar, de sufrir, de preocuparse. Lo lamenta por su familia, pero ya se apañarán, dice.

Estuvimos recordando viejos tiempos, ella era mi jefa y me enseñó muchísimas cosas de la vida, del trabajo, de su infancia y juventud. Defendía los valores de la mujer por encima de todo. "No dejes que abusen de tus derechos", me decía. Entonces era el año 90 y yo alcanzaba la mayoría de edad. Curiosidades de la vida, mi madre murió dos años después por la misma maldita enfermedad.

Esto no es más que un pequeño recuerdo para decirle que tenga fuerza y que me parece todo un ejemplo. Va por vosotras, mamá y Milagros. Siempre estaréis conmigo.