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"Malos tiempos para los de siempre: no solo sube la luz; también los alimentos"

Colas del hambre en la parroquia de Sant Isidre, en Barcelona.

Colas del hambre en la parroquia de Sant Isidre, en Barcelona.

Serafín Valladares

La subida del precio de la luz, así como de los carburantes, es de escándalo, algo que suele suceder desde hace años, tanto con gobiernos de derechas como de izquierdas. Aunque esto no es lo más grave, lo que de verdad es para preocuparse es la subida del precio de los alimentos; no hay más que ir a hacer la compra: todo por las nubes. El aceite, el arroz, la fruta y un largo etcétera de productos básicos para poder sobrevivir o por lo menos vivir sin tener que depender de organismos benéficos.

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Si esto sigue así, cuando acabe el verano las colas en las oficinas del INEM serán interminables, ya que en cuanto vuelva a cerrar la poca recuperación que tendrá la hostelería, volverá a dispararse el paro. Lo de los ertes se acabó, y esperemos que la pandemia este más o menos controlada, y que la vacunación siga funcionando.

Otra cosa serán las colas del hambre. Miles de familias españolas dependerán de los bancos de alimentos, de Cáritas y organismos de este tipo. Malos tiempos para los de siempre. Mientras, muchos de nuestros políticos seguirán viviendo como si la cosa no fuera con ellos; no les afectará la crisis inminente en la que estaremos gracias su ineptitud. Lo cierto es que no se salva ni el apuntador; ver cómo siguen haciendo lo mismo una y otra vez es demasiado cansino; no creo que sean tan ineptos como para no darse cuenta de la realidad en la que vive el pueblo. La ciudadanía los vota para que trabajen todos juntos por el bien de todos, no para que cada uno haga lo que le dé la gana en cuanto llega al Parlamento y empieza a cobrar ese súpersueldo a costa de todos, y encima colocan a sus amigos y amigas en los chiringuitos que les toque según el cargo.

Da lo mismo lo que les digamos, al final todo será igual (para ellos, claro). Malos tiempos se avecinan, ojalá me equivoque.

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