"Madrid no se apaga, Madrid no apoya"

En mi cabeza siempre tengo la cara de los presidentes de las Castillas al romper Díaz Ayuso, el 28 de octubre de 2020, el acuerdo que acaban de cerrar unos minutos antes.

Hace unos días, el Gobierno hizo público el plan de ahorro energético, y mientras se estaba haciendo la declaración pública y antes de poder leer el decreto ley, se publicó un tuit de Ayuso exponiendo directamente su intención de no aplicarlo y con un gran eslogan, “Madrid no se apaga”, que liquida cualquier idea de improvisación. Es un tuit más que masticado.

Obviamente, la mayoría de gente se quedó con la misma expresión facial que García-Page y Fernández Mañueco ese fatídico 28 de octubre: de sorpresa, incredulidad y en muchos casos de vergüenza.

Enseguida, después de algunas argumentaciones erráticas imposibles de explicar respecto a la argumentación previa del líder del PP, llegamos a la gran argumentación de que el Gobierno no ha sido capaz de reunirse con las entidades sociales y políticas, cuando esto ha sido una negociación con Europa. Todos vimos hace unos días cómo se exigía un 15% y hemos pasado a un 7%. También hemos visto que las medidas solicitadas son en la línea del resto de países miembros… ¿qué margen queda?

Y, obviamente, pensando en esta solicitud de negociación, vuelvo a mi primera frase, esa falta de compromiso ya no institucional sino de la propia palabra, pero que podíamos esperar de esa actitud chulesca, activa e irreverente. Es sorprendente como no paran de pedir respeto para ellos (y lo tienen) cuando no muestran ningún respeto ni por el gobierno actual ni por sus millones de votantes.

“Madrid no se apaga”, Madrid no apoya, Madrid no cumple sus acuerdos, Madrid hace gala de la chulería castiza que se le supone, Madrid no es de fiar.