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Los menores, las víctimas más vulnerables de la criminalidad mundial

Los casales sociales de Cornellà atenderán a casi 400 menores este verano

Los casales sociales de Cornellà atenderán a casi 400 menores este verano / RICARD CUGAT

40 menores muertos y 56 heridos en Yemen a raíz del bombardeo aéreo de la coalición liderada por Arabia Saudí. 12 menores entre los 87 inmigrantes que llegaron al puerto de Algeciras en la embarcación de Open Arms. 73 menores entre las 141 personas rescatadas y que finalmente desembarcaron en Malta en el Aquarius. 23 niños fallecidos al naufragar el barco en el río Nilo, en Sudán, que los transportaba a su lejana escuela. Situaciones que se suceden a diario.

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Cientos de menores entre los inmigrantes que llegan a nuestras costas y a otras zonas europeas. Masacres de niños en los diferentes conflictos y guerras abiertas a nivel global. Esclavitud, torturas, violaciones, mutilaciones, prostitución, trabajos forzados, orfandad, hambruna, desplazamientos.

Este es el panorama actual que sufren millones de menores en todo el mundo. Situaciones de emergencia extrema que las oenegés denuncian continuamente pero sin obtener respuesta por parte de los gobiernos ni de las organizaciones internacionales, obviando por completo tratados como la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, que establece los derechos generales y la especial protección de la infancia.

Y, peor aún, muchos de los estados, incluso firmantes del tratado, son los que provocan directa o indirectamente la vulneración sistemática de tales derechos. Un drama de incalculable magnitud y consecuencias que como en todo conflicto armado y en situaciones de inestabilidad política, subdesarrollo y pobreza sufre en mayor medida la población más vulnerable: los niños. Pese a la llamada desesperada de los organismos no gubernamentales, en el horizonte no se vislumbra un panorama halagüeño.

Hagamos del Día Universal del Niño (20 Noviembre) no solo un mero acto conmemorativo anual, sino un estado permanente de alerta y compromiso durante los 365 días del año. La sonrisa de un niño bien lo merece.

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