Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

"Lo que inicialmente pueda parecer una involución va a ser una revolución para mantener con vida a todos los humanos"

Una señora recoge plásticos en un vertedero de la isla filipina de Boracay.

Una señora recoge plásticos en un vertedero de la isla filipina de Boracay. / NOEL CELIS (AFP)

Alejandro de Gregorio-Rocasolano

La próxima revolución la va a hacer la gente de la calle. Viene dirigida desde la naturaleza, los cambios de temperatura, la calidad del aire, el aumento del nivel de las aguas marinas, el deshielo de los polos y las montañas; la conciencia colectiva sobre el cambio climático avanza silenciosa y va a obligar a cambiar los hábitos más deseados, los que actualmente muchas veces marcan diferencias sociales.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

La conciencia colectiva humana es absolutamente conocedora de la situación de la especie dentro del planeta, la mano del hombre está interviniendo como en su día nos dijeron que un meteorito provocó una gran evolución, pero este cuerpo no era consciente de los resultados que provocaría. Nos olvidamos que la teoría de la evolución de Darwin está basada en la del creador ciego, no subsiste el más fuerte o el más rico, sino el que se sabe adaptar mejor a partir de lentos ajustes en función del momento y las circunstancias, no de la "gula, la soberbia, la lujuria"...

Las alarmas ya se han disparado, nos lo dicen: el calor, el frío, el mar, el aire, la misma fuerza de la naturaleza, la sensación del entorno, la información de la ONU, los científicos, las universidades... La revolución tiene que venir desde un drástico cambio que puede iniciarse a partir de los hábitos en el tiempo libre, espacio en que cada ser humano es más responsable directamente de sus actos para irse transmitiendo a todos los ámbitos de la vida por empatía de supervivencia, haciendo dar un vuelco al sistema económico financiero.

Cuando la plusvalía deje de ser un valor ficticio y sea un valor real en función de la recuperación del medioambiente para todos, lo que inicialmente pueda parecer para unos una involución, por las medidas y las renuncias que se deberán aceptar, pasará a ser una revolución para mantener con vida a todos los humanos, a todas las especies de las que dependemos y hemos involucrado en nuestro espacio vital, así como a nuestros descendientes, si queremos que lleguen a existir.

Participaciones de loslectores

Másdebates