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Como es habitual cada 22 diciembre, algunos afortunados se vieron sorprendidos por la aparición de unos números que cambiaron su rutina diaria, mientras la mayoría nos dedicamos a buscar, con esmero y perseverancia, si alguna de las participaciones o décimos que llevábamos en la cartera, aparecía premiado en la lista de la Lotería Nacional, al menos con la pedrea.
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Pero ese mismo día apareció otro número que nos enfrentó a todos los españoles a la radiografía de lo que ha sido nuestro país en los últimos años: una verdadera burbuja de corrupción, anidada de falsos 'conseguidores', sobres en B y pagos en negro. El ministerio de Hacienda publicó la lista de morosos fiscalesmorosos fiscales, con una deuda superior al millón de euros, y son 4.855, entre personas físicas y privadas, quienes nos adeudan a todos algo más de 15.600 millones de euros, cifra tan enorme que supone el 80% de las prestaciones por desempleo que se pagan en España en la actualidad y es equivalente a diez veces el presupuesto por dependencia. Da vértigo pensar cuánto sería la suma si en esa lista se incluyeran también las deudas fiscales menores al millón de euros. Tanto como para preguntarse perplejo : ¿Cuánto es lo que se recauda frente a lo que no se consigue recaudar?
El detalle de quienes están es una alegoría del 'establishment' patrio: son tanta gente y tan diversa que se podría llegar a decir que parece que quien no debe a Hacienda no es nadie en España.
Aún así, todos los que son están, pero no están todos los que son si de morosos fiscales y defraudadores hablamos. Ya quedó consignado que estos 4.855 son morosos fiscales con más de millón de euros de deuda, quedando en el desconocimiento los morosos con deuda menor a 999.999 euros. Pero recordemos que el anuncio de la publicación de esta lista de morosos fue realizado por el ministro Montoro en enero del 2015, de manera que es fácil intuir que no será baladí el número de personajes públicos que habrán regularizado su deuda con Hacienda a lo largo de todos estos meses. Y además, en esa lista no están los defraudadores de facto, aunque su apellido empiece con 'b' como Bárcenas, con 'p' como Pujol o con 'r' como Rato. Sirvan esos nombres, únicamente, como simple ejemplo.
Pero además de los morosos y defraudadores, quienes quedan retratados en esa lista son los responsables del ministerio de Hacienda y de la Agencia Tributaria, que han permitido que se alcancen esas cifras vergonzosas, en personas y en euros. En España los defraudadores fiscales no acaban en el cárcel y en eso deberíamos aplicarnos las mejores prácticas de países, como EEUU, con su cultura calvinista, donde la combinación de una activa inspección fiscal y una Justicia no dilatoria con esos procesos, se ha demostrado como la mejor herramienta contra morosos fiscales y defraudadores, recordando que toda mala praxis debe tener su castigo, como adecuada motivación, prisión incluida. Recordemos que todo el mundo sabía que Al Capone era un delincuente, pero solo llegó a ser condenado por delito fiscal, claro que eso fue en EEUU, y en España, de momento, nos tenemos que contentar con poder repasar el inventario de la nula solidaridad, de quienes componen la lista de la vergüenza.