Lise Meitner, el Nobel que se quedó en el tintero

Este año en el que el premio Nobel de física ha recaído en tres investigadores, entre los cuales Donna Strickland, física canadiense pionera en el campo de los láseres. Me gustaría rendir homenaje también a los 140 años del nacimiento de la austríaca nacionalizada sueca Lise Meitner, una de las físicas teóricas más importantes del siglo XX poco conocida por el público en general.

Albert Einstein dijo de ella que era "nuestra Marie Curie". Lise Meitner se convirtió en doctora en física en 1907 por la Universidad de Viena y fue profesora de física en la Universidad de Berlín, en una época en la que las mujeres tenían muy difícil el acceso a estudios de grado universitario superior.

En la Universidad de Berlín conoció al químico Otto Hahn, con quien formó durante muchos años un excelente equipo científico. El fruto más importante de este trabajo conjunto fue el descubrimiento de la fisión nuclear, si bien fue Meitner junto a su sobrino Frisch quienes demostraron el modelo teórico que explicaba el proceso de la fisión nuclear en un artículo publicado en la revista Nature.

En 1944 el Comité Nobel soo premió a Otto Hahn por este descubrimiento, quedando injustamente apartada de esta distinción esta brillante física. No obstante, ello no fue impedimento para que Lise Meitner desarrollara una excelente trayectoria científica y fuera reconocida con cinco doctorados honoris causa recibiendo también la medalla de oro Max Plank, el premio Otto Hahn y el prestigioso premio Enrico Fermi entre otros. Lise Meitner tuvo que huir de Alemania en 1938 y se estableció en Suecia. Fue la única científica importante que no quiso participar en el proyecto Manhattan para desarrollar la bomba atómica, ya que siempre se mostró contraria a usar los descubrimientos científicos para finalidades militares.

En 1982, los investigadores alemanes Armbruster y Münzenberg quisieron hacer justicia por el premio Nobel no concedido y bautizaron el nuevo elemento químico 109, sintetizado por ellos, como Meitenerio en su honor, de manera que le dieron acceso al exclusivo club de ilustres científicos que poseen un elemento químico en la tabla periódica con su nombre.