La libertad para Puigdemont dará alas a los nacionalismos europeos

Ahora que la justicia alemana ha dejado en libertad a Carles Puigdemont, muchos, independentistas y no independentistas, deben estar muy contentos y felices con la decisión judicial alemana.

Esos mismos que a diario ponen en tela de juicio a la justicia de nuestro país, y nuestra democracia, ahora seguro que aplauden con los ojos cerrados lo que dice un juez alemán. ¿Aquí no cabrá discusión? Yo, en potestad de mi libertad de expresión y derechos democráticos, no podré hacer valoraciones y dar mi opinión contraria a las decisiones de este juez? ¿Esos mismos que ahora aplauden me llamarán fascista?

Por cierto, en más de un medio de comunicación, como La Sexta, veo que no paran de repetir que la decisión del juez alemán es "una bofetada" a la justicia de nuestro país. Lo dicen con fruición y con la boca llena. Opino que lo de bofetada es un término extremista, y me hace pensar que a más de uno de los que ahora están felices con la libertad de Puigdemont, quisieran dar esas bofetadas a los que no comulgamos con ellos y al Gobierno de España.

Ya que aquí no se ha parado de criticar al juez Llarena, yo también me permitiré criticar a este juez alemán, con todos mis derechos democráticos y de opinión.

Y mi opinión es que este juez ha valorado de manera parcial y partidista y se ha dejado llevar por el relato independentista de que España es Siria, Irak o Corea del Norte, tan hábiles son en vender sus relatos, mucho mejor que los inútiles miembros del Gobierno, que, encabezados por la pasividad de Rajoy, están dejando el prestigio de España por los suelos.

Y otra cosa, con las actuaciones también de los gobiernos de Bélgica y Suiza, que Europa se vaya preparando para los diferentes alzamientos nacionalistas de los diferentes países, como Córcega. Ellos han visto que alzarse contra el Gobierno y el país tiene impunidad.

Alegría para el independentismo unilateral que se salta todas las leyes, y que quiere llevar Catalunya a la independencia sin tener a favor ni siquiera al 50% de la población,  y muy malas noticias para España y su Constitución .

Yo ahora sí que digo que la Democracia está en franco peligro y vamos hacia tiempos muy oscuros. Al tiempo.