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"Libertad de expresión sin sesgos"

FERRAN NADEU/Vídeo EFE

FERRAN NADEU/Vídeo EFE

Joaquim Montoliu Martínez

¡Libertad de expresión! ¡Libertad de expresión! Grito en las calles, en universidades, en políticos, en medios de comunicación… Runrún en la opinión pública, sobre todo en la publicada. Sin embargo, ¿significa lo mismo para todos? ¿O quizá para algunos la libertad de expresión está exclusivamente reservada para los adeptos?

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Sorprende que quien hace unos días sugería un control ‘ciudadano’ –o sea, político- de los medios de comunicación privados, promueva una publicación que estigmatiza a periodistas no afectos, o participase en otro tiempo en algaradas para impedir hablar a un conferenciante que no era de su gusto en la universidad, sea uno de los que con mayor vehemencia reclame la libertad de un condenado por la justicia, alentando o justificando los disturbios que se han derivado de su encarcelamiento. Como suele ocurrir en los alegatos emocionales, se resalta su faceta artística y se obvia o minimiza el conjunto de fechorías de distinta índole por las que ha sido o va a ser juzgado.

En la judicatura coexisten distintas sensibilidades en la interpretación de las leyes, pero no se puede pedir -y menos exigir- a los jueces que prevariquen. Lo que debería preguntarse cada uno, antes de dejarse llevar por juicios sesgados, interesados o complacientes con la opinión publicada, es qué libertad de expresión está dispuesto a soportar. Porque dentro de ese escenario no solo cabe lo que se puede considerar opinable, sino que también incluye la calumnia, la coacción, el escarnio, la difamación, el vituperio, la amenaza…, cuyas consecuencias no quedan en meras palabras para quien las sufre.

Las leyes son mejorables, pero son un marco de referencia para la convivencia. Las limitaciones legales a la libertad de expresión son perfectibles, pero siempre serán mayor garantía para los ciudadanos que la justicia que algunos por su cuenta se creen con derecho a aplicar con violencia para impedir a otros expresarse en el foro público.

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