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La lenta subida de los autobuses por el paseo de Gràcia

Desde la última remodelación del paseo de Gràcia en que las calzadas laterales se restringieron bastante el tránsito y, al tener el mismo nivel que las aceras, los peatones, los turistas y los invidentes no saben si van por la acera o por la calle de tránsito, se ha dificultado la circulación. También se puede decir que cuando llueve las aceras laterales se convierten en la pequeña Venecia por los charcos que se producen

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¿Qué ocurre con los autobuses? Pues que el carril bus es invadido constantemente, por los taxis, autocares de turismo de los hoteles, el bus turístico, todos paran en el carril. Pero esto se incrementa con los giros a la derecha de las calles de Consell de Cent, València y Rosselló: como haya poco espacio en el giro, las partes traseras de los autocares también invaden el carril. Por consiguiente, una parte del recorrido la tiene que hacer fuera del carril si se lo permite el tránsito.

La apoteosis final es el cruce con Diagonal: solo tienen unos 8 segundos de preferencia para arrancar, pero mientras están en la parada su espacio es invadido por taxis o por motos que invaden el carril. Total que puede llegar a tener que esperar en algunos casos tres semáforos para poder cruzar o girar a la Diagonal.

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