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"El lenguaje positivo fomenta nuestra autoestima y la de los demás"

La escuela Antoni Gaudí de Cornellà reclama un técnico de educación infantil

La escuela Antoni Gaudí de Cornellà reclama un técnico de educación infantil

José Melero

Los humanos somos seres sociales y el trato interpersonal lo realizamos a través de las palabras. El modo en que usamos el lenguaje incide de forma positiva o negativa en nuestro psiquismo.

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Respecto a la educación, entre padres y educadores existe la tendencia de usar un lenguaje que se centra en lo negativo como medida correctora. Se trata de un lenguaje que impide que los niños desarrollen la autoestima, ya que se sienten poco valorados, incluso maltratados psicológicamente. Por ejemplo: “¡Otra vez has hecho eso mal, eres incapaz de hacerlo bien! “, en vez de: “Intenta hacerlo otra vez, ya verás como eres capaz de hacerlo mejor”.

Un buen educador sabe potenciar la autoestima de los niños, elogiando los pequeños progresos y esfuerzos realizados para que el niño o adolescente se sienta valorado por lo que es, por lo que siente y por lo que hace.

Se trata de usar el lenguaje positivo, que prescinde del 'no' para centrarse en una palabra o frase positivas. Pero vivimos en una sociedad poco proclive a usar el lenguaje positivo hacia uno mismo y hacia los otros. Está demostrado que el hecho de que las personas con las que tratamos valoren nuestras aficiones, nuestras actividades o nuestras ideas nos hace sentir bien, aumentando nuestra autoestima. Tan importante es cuidar las palabras que dirigimos a los demás como las que dedicamos a nosotros mismos. Debemos animarnos con palabras positivas como:”Intentaré mejorar”, ” Conseguiré lo que me he propuesto”.

Hay investigaciones neurocientíficas que confirman que el hecho de dirigir frases favorables a otros hacen que el cerebro genere endorfinas, unas sustancias producidas de forma natural en el encéfalo que producen emociones placenteras. Por el contrario, las frases negativas generan cortisol, la hormona que se dispara al sentirnos amenazados, provocando malestar, irritabilidad e incluso agresividad.

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