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Las calles siempre serán nuestras, pero queremos más

Imagen de la Via Catalana 2014 del pasado Onze de Setembre

Imagen de la Via Catalana 2014 del pasado Onze de Setembre / FERRAN NADEU

Las calles siempre serán nuestras, sí, pero no solo queremos las calles.

El 1 de Octubre marcó un punto de inflexión en el juego que se nos vendió a partir de la transición, una Constitución blindada y más aún en su título 2 (la Corona). Ese día histórico hizo tambalear el trono de un monarca y todos sus aliados.

Soy inmigrante, de izquierdas, republicano e independentista. Quiero que Catalunya sea una república, sí, pero también me gustaría que España lo fuera también, pero siendo realistas, ahora en España no hay una opción política clara o un movimiento social fuerte a favor de romper las cadenas de este constitucionalismo.

Ahora vemos a partidos de derechas como Ciudadanos, que se han aprovechado de la polarización en estas pasadas elecciones autonómicas. Juegan con la rojigualda para atraer a los sectores de la población obrera, para que les voten, obligan a anteponer una unidad de España ficticia, a los derechos sociales.

El movimiento independentista catalán no es monopolio de nadie, por eso creo que no debemos crear personalismos como el de Puigdemont, el nostre presidentPuigdemont.

Evidentemente que me apena que un presidente votado por el Parlament tenga que exiliarse a otro país por haber cumplido con un mandato popular, pero ahora necesitamos políticas efectivas que nos llevan hacia una república. Debemos dejar de poner el foco en personas, hay sacrificios sí, pero nada es comparado con la fuerza de la ciudadanía pacífica e injustamente apaleada el 1 de Octubre.    

Siempre he sido, y de hecho sigo siendo partidario de que los cambios reales y que han ayudado a que progresemos como sociedad han surgido en la calle, pero no debemos quedarnos solo ahí.

Nuestra fuerza debe trasladarse a las instituciones, pero jamás irse de la calle, porque en las instituciones no podemos estar siempre, pero como dije al principio, las calles siempre serán nuestras, siempre podemos estar ahí y siempre debemos estar ahí.  

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