Celebrar el 8-M feminista, cuando todos veíamos la deriva que estaba tomando la infección por covid-19, sobretodo tan cerca, en Italia, fue un error. Y no, no se trata de criminalizar ni de utilizarlo políticamente o judicialmente como ya se está haciendo. Las denuncias a Fernando Simón creo que se quedarán en nada, y las que hay contra el actual Gobierno igual. Y sí, Ese día hubo partidos de fútbol y un acto político de VOX con unos 10 mil asistentes. Pero celebrar una manifestación multitudinaria como fue la del 8-M, con 100 mil personas solo en la ciudad de Madrid, no parecía lo más sensato. Que unos quieran demonizar y criminalizar aquella manifestación, no quita que otros quieran blanquear de manera sectaria y no quieran reconocer errores.
Visto con perspectiva, la suspensión del Mobile de Barcelona por parte de la propia organización, ante la retirada de las casas comerciales más potentes, fue un acto de sensatez, que precisamente fue muy criticado por nuestros gobernantes. Como Carmen Calvo, que aseguraba que no había motivos sanitarios para cancelar el Mobile.