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La hipocresía de las políticas medioambientales de las empresas

Peces nadan alrededor de una bolsa de plástico en el Mar Rojo.

Peces nadan alrededor de una bolsa de plástico en el Mar Rojo. / EPA

Hace unas semanas, después de terminar mi jornada, fui a cenar a una local de comida rápida muy conocido en España. Como siempre, hice el pedido y esperé a que me sirvieran. Mi sorpresa fue cuando, extrañado por la falta de tapas de vaso donde habitualmente se encontraban, pregunté si les quedaba alguna.

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Me dijeron que, por políticas de la empresa, salvo aquellos pedidos que eran para llevar, ya no darían ni tapas ni pajitas de plástico, pues había que apostar por el planeta. La medida me pareció curiosa, pero no el fin del mundo.

El verdadero problema vino cuando al entregarme el resto del pedido vi que las salsas seguían viniendo en plásticos de un solo uso, como las tapas del helado y la cuchara del mismo. Y por si fuera poco, al cerrar el local, toda la comida hecha y en perfecto estado que no se había entregado se fue directamente a la basura

Suerte que conocemos bien las siempre "honestas" y "desinteresadas" intenciones de estas franquicias, porque si no cualquiera podría haber pensado que esto no era más que un pretexto para quedar bien delante de la prensa y una manera de ahorrarse una millonada reduciendo en tapas y pajitas. Suerte que no es así. ¿O sí?

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