"Kazajistán no ha de dejarnos indiferentes"

Estos días estamos oyendo hablar mucho de Kazajistán, una región situada entre China, India y Oriente Medio. La verdad es que ha sido una parte del mundo muy desconocida en los últimos siglos. Formó parte del Imperio ruso y de la URSS hasta la desaparición de esta última en 1991. Su fortaleza le viene por la gran variedad de recursos naturales, porque además de extraer petróleo y gas destaca por ser el mayor productor de uranio del mundo.

Los disturbios en Kazajistán son una consecuencia directa de la represión generalizada de los derechos humanos básicos por parte de las autoridades, afirma Amnistía Internacional. El partido gobernante tiene prácticamente todo el poder en el país. Según expertos, la ciudadanía no tiene una fuerza política para expresar sus preocupaciones y esa es una causa de la crisis actual.

Esta república exsoviética amenaza con provocar una subida de los precios del crudo. Las protestas comenzaron con marchas y manifestaciones pacíficas contra la subida de los precios de los combustibles, pero por cada día que pasa van cobrando un carácter más violento.

Esperemos, como dice el papa Francisco, que se reencuentre lo antes posible la armonía social a través de la búsqueda del diálogo, de la justicia y del bien común.