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El Juicio de la Vergüenza

Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull y Oriol Junqueras durante el juicio del ’procés’ en el Tribunal Supremo.

Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull y Oriol Junqueras durante el juicio del ’procés’ en el Tribunal Supremo. / EFE / EMILIO NARANJO

Escribo estas líneas para aclarar unos puntos sobre este "juicio de la vergüenza, del odio y de la venganza", porque a pesar de toda la maquinaria del Estado, a pesar de toda la represión y violencia, no pudieron impedir que más de 2 millones de catalanes votaran; a pesar de las votaciones que el Estado montó para el 21 de diciembre, no pudieron impedir que los partidos independentistas ganaran.

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Es el juicio de las mentiras, ya que el 21 de septiembre yo también estuve allí y por supuesto no había tumultos ni manifestantes tumultuarios ni mucho menos con las caras pegadas en los cristales, porque, tal y como se ve en los videos, había un cordón de seguridad formado por guardia civil y Mossos d'Esquadra. Los primeros en subir a los coches de la guardia civil fueron los equipos informativos.

Así mismo, el 1 de octubre no había personas tumultuarías, sino gente con los brazos en alto, y por supuesto, no íbamos a votar con botellas de Fairy para echar en las escaleras, un Fairy adoctrinado para hacer resbalar solo a los guardias civiles. ¿Realmente es de chiste?

También resulta como mínimo preocupante que los testigos no recuerden, no les concierna, no les consta o no lo sean. Creo seriamente que tendrían que ir al neurólogo, porque es grave y contagioso

En Catalunya no existe desprecio ni por los andaluces, ni se alecciona a los niños, ni hay fractura social ni más violencia que de los grupos de extrema derecha animados por los discursos llenos de odio de algunos líderes políticos.

No se puede ni debe, en nombre de la Constitución, animar el odio y la violencia, porque si una Constitución debe ser defendida con la violencia, quizás no es tan democrática y habría que revisarla.

Los independentistas quieren un país para todos, sin presos políticos, partidos ilegales, idiomas prohibidos y que no pueda manifestar su opinión, porque sin esto ya no hay democracia, tendríamos algo más parecido a una dictadura, y de esto ya tuvimos y no queremos más.

 

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