"'El juego del calamar': querer a nuestros hijos también es ponerles límites"

Después de leer las noticias en varios periódicos, no he podido evitar centrarme en una que hace referencia a la serie de Netflix 'El juego del calamar'. Había leído y oído anteriormente que, a pesar de ser una de las más vistas, no era en absoluto didáctica y que solo la podían ver los mayores de 16 años. En ella, los participantes se enfrentan a seis juegos infantiles. Los que superan las pruebas pasan a la siguiente ronda y el resto son eliminados, acribillados a balazos la mayor parte de las veces.

Me gustaría hacer una reflexión a todos aquellos que permiten que sus hijos, que cursan Primaria, algunos de ellos con siete, ocho y nueve años, se hayan convertido en espectadores a través de internet y, lo más grave, compartiendo la serie con sus progenitores. Siguiendo la explicación dada por el psicólogo Javier Urra, profesional cuyos consejos me han acompañado durante mi trayectoria como docente, creo que es fundamental que los niños entiendan que es un contenido duro y que hay motivos por los que creer que es mejor que no la vean.

En las escuelas se han detectado también escenas de violencia que los más pequeños acaban por normalizar y se ha convertido en una práctica recurrente en muchos centros educativos de España. Como padres y madres, es importante tener en cuenta que querer es también poner límites, a pesar de la frustración que se derive de ello.