"En la institución penitenciaria, la arbitrariedad en la gestión del personal y la desmotivación son absolutas"

El 17 de noviembre la Guardia Civil detuvo a la subdirectora de la prisión de Alicante II, acusada de los delitos de denuncia falsa y simulación de delito, tras haber denunciado, el pasado septiembre, que cinco encapuchados la habían agredido en el portal de su domicilio cuando se dirigía al trabajo y además alguien le había robado el móvil en el centro de trabajo.

En la Institución penitenciaria el acceso a los puestos de trabajo es a través de las comisiones de servicio y la libre designación, en todos los niveles administrativos; no hay lugar para la carrera administrativa y la profesionalización. Esto permite llevar a cabo una gestión de personal absolutamente arbitraria, casi decimonónica: el responsable político de turno da y quita oportunidades profesionales a su libre albedrío, buscando acólitos y paniaguados.

No hay lugar para la iniciativa profesional, ni la más mínima autonomía en la gestión del servicio público, la desmotivación es absoluta. Los penitenciarios trabajamos con personas y ejercemos sobre los internos autoridad directa. Alguien debería preocuparse por esta situación. Se ha establecido un régimen laboral tan caótico que continuamente se buscan excusas de lo más peregrino para justificar las decisiones que se toman al respecto en los centros penitenciarios. Así que la mejor forma de mantenerse en un puesto para el que te han designado es no hacer nada que no te digan desde los servicios centrales. Si no tienes el apoyo del secretario general de Instituciones Penitenciarias no eres nadie en el organigrama.

La compañera se vio desbordada por el conflicto que había de gestionar, no tenía herramientas de autoridad y se inventó su propia película.