"Tanta innovación y tan poca atención a la salud mental"

Pleno siglo XXI, se ha creado en tiempo récord una vacuna para una pandemia mundial, tenemos robots sustituyendo el trabajo de los camareros en algunas comunidades y la tecnología y la innovación cada vez avanzan más rápido.

Con tanto avance, investigación y mentes pensantes, ¿cómo es posible que hayamos tenido que vivir un confinamiento o una pandemia mundial para darle la importancia suficiente a la salud mental? Parece increíble. Pero lo cierto es que este año 2021 ha sido el primero en el que el suicidio ha sido la principal causa de muerte entre los jóvenes; las cifras de depresión y ansiedad son cada vez más elevadas e incluso los trastornos de conducta alimentaria han aumentado a raíz del confinamiento.

Años atrás, en la época de nuestros padres, madres y abuelos, probablemente los problemas de salud mental se vivían con el miedo, pudor o vergüenza de exponer lo que sentíamos para que no nos tomaran por locos o por el qué dirían. Aun así, eran muchas las personas que se licenciaban en Psicología. ¿Cómo es posible que con tantos profesionales siga habiendo personas sin poder realizar una terapia? Quizá deberíamos plantearnos el funcionamiento de este sector, así como introducir en la educación de nuestros hijos y en el propio sistema educativo recursos que nos permitan darnos cuenta de cuándo estamos teniendo una baja autoestima o a tener cuidado con el 'ciberbullying'.

Nos pasamos 24 horas al día todos los días de nuestra vida con algo muy importante para nosotros: nuestra mente. Y si no empezamos a poner el foco en ello, a cuidarla y a no restar importancia a aquello que sentimos y por qué nos hace sentir así, nuestra sociedad seguirá avanzando en tecnología e innovación, pero es muy probable que nos acabemos quedando atrás en algo muy básico como es nuestra salud mental.