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"La indignación activa como herramienta de cambio"

Calor en la L1 del metro de Barcelona

Calor en la L1 del metro de Barcelona / RICARD CUGAT

No sabría decir exactamente cómo arreglar el problema de la salud mental. No hablo de otras ciudades porque he residido en Barcelona durante los últimos 14 años. La realidad es bien conocida por los lectores de este diario, así que no hablaré de la falta de empatía y el consumo abusivo de antidepresivos que se ha normalizado. Igual esto ocurre en todo el mundo, pero no puedo hablar de todo el mundo porque no he vivido en todo el mundo.

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El transporte público, el metro en particular, contribuyen intensamente al empeoramiento de la salud de la sociedad. Los trabajadores del metro se indignan y dejan de ponerse la mascarilla a veces, poniendo en riesgo su posición como empleado. Pero las reglas siguen siendo las mismas: la megafonía sigue aterrorizando con lo mismo de siempre.

Tenemos que comunicarnos más y depender menos de los celulares y de las noticias de la televisión. Pero más que nada tenemos que tener el coraje para indignarnos activamente. No hablo de revoluciones sangrientas, porque esos tiempos se fueron. Hoy hay mil y una formas para indignarse activamente contra el fenómeno que antepone el beneficio económico a la salud ciudadana.Baltasar Garzón habla en su libro 'La indignación activa' cómo se opuso a la corrupción con firmeza. Su ejemplo demuestra que se puede denunciar la corrupción y el abuso de poder sin miedo a las represalias.Paul Preston, al relatar la historia de España, desvela una fórmula matemática y personal que explica mucho. Ello consiste en la siguiente afirmación: incompetencia política + corrupción = división social. ¿No es esto lo que vemos hoy en nuestra ciudad? Cada vez hay más soledad indeseada. Cada vez hay más personas con problemas de salud mental. Cada vez hay más sirenas y personas adictas a pastillas.

Podemos cambiarnos a nosotros mismos. Con un trabajo gradual, apoyado en valores universales como la confianza y el coraje, se puede triunfar. La indignación activa como herramienta de cambio.

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