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"EEUU no es un país de fanáticos y fascistas; es también el de Rosa Parks y 'Occupy Wall Street'"

Uno de los asaltantes del Capitolio, con un escudo de Capitán América

Uno de los asaltantes del Capitolio, con un escudo de Capitán América / Saul Loeb /AFP

Joan López

Una de las múltiples causas que explicarían el fenómeno del 'trumpismo' en EEUU es, dicho rápido, mal y pronto, la existencia de un Partido Demócrata que, con su elitismo y un barniz de progresismo tan frágil como superficial, es incapaz de representar a amplios sectores sociales y aportar soluciones eficaces a problemas concretos de tipo socioeconómico.

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No obstante, no comparto esa imagen que algunos medios nos tratan de vender de un país de fanáticos y fascistas. EEUU es también el país de Rosa Parks, de los mártires de Chicago, de las mujeres del textil que se movilizaron en Massachussets exigiendo pan y rosas... Años antes de su ejecución, los anarquistas de origen italiano Sacco y Vanzetti nos regalaron, hace ahora un siglo, su involuntaria lección de coraje y dignidad. Occupy Wall Street reclamaba un cambio de sistema durante unas luchas que desembocaron en huelgas en ciudades como Oakland. Y las vidas negras importan. Un país, en definitiva, con una dilatada experiencia en luchas sindicales y por los derechos civiles.

No obstante, no se ha analizado con suficiente profundidad las consecuencias, aún bastante impredecibles, del hecho de que el mundo entero ha presenciado la fragilidad del Gobierno que durante décadas ha ejercido el papel de gendarme mundial. Conviene recordar que el proceso de descolonización arrancó tras la segunda guerra mundial en parte (y solo el parte) porque una vez las naciones colonizadas presenciaron la ocupación o los bombardeos de sus respectivas metrópolis, se les cayó el mito. Si algo animó los procesos de independencia fue descubrir, de repente, que aquellos imperios no eran tan invencibles como se les había inculcado.

Estamos en un mundo cada vez más multipolar en el que la hegemonía de EEUU lleva tiempo disminuyendo. Con la ocupación del Capitolio hemos presenciado unos hechos en los que su imagen se ha visto rebajada al nivel de una república bananera. ¿Supondrán estos hechos una aceleración del proceso?

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