"Humanizad la política y seremos todos un poco más felices"

Al inicio de la pandemia en España se dijo: "Es como si estuviéramos en guerra pero no vemos al enemigo". Fue una frase que me marcó especialmente porque veíamos morir gente, cada día, durante meses y hasta hoy. Efectivamente nos enfrentábamos a un enemigo violento, que no daba tregua, agresivo, e invisible, al menos para el ojo humano.

Toda la sociedad ha sentido a todos y todas. No ha habido distinción. Nadie ha preguntado si el que moría era de derechas, izquierdas, republicano, homosexual, negro, inmigrante, moro o cristiano. Eran compatriotas y antes que todo, humanos. La humanidad que nos pone a todos en una misma línea. Todos y todas, cada día durante muchas semanas hemos sido valientes soldados. Los primeros en línea de batalla, los sanitarios. Desde limpiadores a médicos especialistas, todos y todas han combatido juntos y juntas para salvar vidas. Otra vez, humanidad.

Mejorar la calidad de esa vida salvada debiera ser el punto en común de la política, porque solo si es así podremos conformarnos ante tanta tragedia. Nada debiera ahora ser más importante que proteger la sanidad y la investigación. Sin embargo, la clase política esperaba la 'desescalada' para volver a los debates tercermundistas, donde el insulto sustituye a la razón. Y esto, a la humanidad, le molesta tanto como las manifestaciones coléricas de abanderados, saltándose todas las normas sanitarias posibles. O los músicos toca-cacerolas que contaminan con ruidos ensordecedores.

Hace pocos días hemos visto cómo una parlamentaria profería insultos graves que son ya tan habituales que no producen sonrojo, ni vergüenza. Mientras, al otro lado seguimos estando los ciudadanos, humanos, sobrevivientes, que parece ser debemos estar agradecidos de la política que tenemos. Humanizad la política y seremos todos un poco más felices.