Hipocresía: "Grandes compañías legales sobre el papel pero criminalmente organizadas en la práctica"

Miles y miles de habitantes de Centroamérica huyen cada día de las guerras, el hambre o el crimen organizado que azotan sus países. Cuando llaman a la puerta de Estados Unidos, ese país les aplica la ley del embudo: llegan muchos pero solo entran muy pocos. Y además con el estigma de que Donald Trump los trata de violadores, criminales, animales. Si además sospechara que lo hacen de forma organizada, los llamaría gánsteres.

En los tiempos del gánster Al Capone, una gran multinacional de Wall Street -la United Fruit Company- extendía sus tentáculos sobre esos países centroamericanos -los llamaban repúblicas bananeras-, poniendo y deponiendo dictadores títeres, fomentando guerras entre ellos, con miles y miles de muertos, con la ayuda imprescindible del gobierno de la nación elegida por Dios, con tal de multiplicar sus ganancias. De aquellos polvos, estos lodos.

Comparada con esas grandes compañías, legales sobre el papel pero criminalmente organizadas en la práctica, y los métodos que utilizaban para enriquecerse, la banda de Al Capone no llega ni a pandilla barriobajera.